Llega un punto en el que te cansas de mirarte al espejo porque duele.
Nadie te dice palabras bonitas y las miradas hacia ti se vuelven matadoras.
Cierto es eso de que ¿quién me va a querer si no me quiero yo? Debo de estar en ese punto. Porque sinceramente siento que nadie me quiere y que la soledad abruma mi alma. El esfuerzo de quererme a mí misma es imposible. Luchas, dices que te quieres te miras al espejo y hasta te pintas los labios color carmín para sentirte segura. Pero todo se desmorona cuando te miran porque estás gorda y no porque estás guapa, cuando en vez de decirte piropos, se intentan reír de ti a través de sarcasmos que duelen como puñales clavandose en cada parte de tu cuerpo.
¿Cómo quererme a mí misma si me siento un monstruo? ¿Qué hacer para que nada me afecte?
Es duro. Más duro es ver y tener que aguantar a chicas con un tipazo que van diciendo que están gordas. La gente es muy egocéntrica, solo piensan en ellas mimas y no se dan cuenta de que a mí me duele que digan eso porque es como una patada tras otra en el estómago, en la cabeza, en todos los lugares de mi cuerpo que odio.
Y pensar que soy fuerte. Y pensar que la gente no se da cuenta de lo vulnerable que soy. Y pensar que soy demasiado cobarde para acabar con todo. Y pensar que soy demasiado insegura para salir de mi caparazón.