Ella soñaba con viajar. Llegar lejos. Un mapamundi reflejaba sus sueños y sobre él pintadas de bolígrafo con anotaciones:
          - Roma: Un lugar para enamorarse. Sí, nada de París, eso está muy visto
          - Nueva York: Un lugar para ir de compras y perderse por sus calles. También un sitio para vivir.
          - Milán: La ciudad de la moda. Está claro que haré aquí
          - Dublín: Me parece un sitio especial
          - Reykjavik: Visitar volcanes y naturaleza
          - Todo Australia: Debería de ser la octava maravilla del mundo
          - Las Maldivas: Lugar paradisíaco para relajarse
          - Barcelona: Un lugar para vivir eternamente
Y así seguía su lista. Ciudad a ciudad, país a país, sueño a sueño.
Él sin en cambio soñaba con el fútbol, llegar a ser el mejor. Jugar en el mejor equipo del mundo. ¿Viajar? Sí, pero con el club.
Sueños parecidos que les obligaron a romper su destino juntos. Cada uno por su camino. Cada sueño realizable por separado.
Años de recuerdos. Años de amor. Ella no le puede olvidar y él la dedica cada gol. Se quieren en la distancia, pero no coinciden en el tiempo. Viajes, vidas... Un amor no vivido disipado en el aire.