Despertó con una sonrisa en la cara. Había vivido soñando algo demasiado bonito. Quizás un tanto irreal e improbable. Pero para eso están los sueños.
Los rayos del sol que se colaban por la ventana anunciaban el nuevo día. Lleno de luz se presentaba. Alegría.
"Le mandaré un mensaje, le diré que le quiero. Que lo nuestro será eterno" Pensaba ilusa la chica que alzaba la persiana.
"Le escribiré un poema. Me haré una foto para él" Seguí pensando la chica que desayunaba café
Sonó el teléfono y la chica que estaba semidesnuda lo cogió. Respondió con su particular sonrisa, porque sabía que era él. Pero que rápido aparecen los nudos en la garganta. Las lágrimas en los ojos y la rabia en el corazón
-¿Y si te digo que te quiero?
-Lo siento. Se acabó
-¿Acaso no te importo?
-Me importas. Te lo aseguro
-¿Y por qué se acaba? ¿Por qué?
La respuesta se quedó en el aire.
El dolor vino de golpe. Las lágrimas reventaron. Y la sonrisa no volvió a aparecer por el rostro de la chica que lloraba sobre la cama
